Se trata de Fortuna Ediciones convocó a escritores y artistas visuales de todo el país a participar de la iniciativa “En Conserva: Kit de Supervivencia Poética”, gestada en época de cuarentena. La repercusión superó las expectativas originales y extendieron la recepción de material.
Fortuna Ediciones, nueva editorial independiente de Mar del Plata, convocó a escritores y artistas visuales de todo el país a participar del fanzine-antología “En Conserva: Kit de Supervivencia Poética”. La propuesta buscará generar un espacio común donde compartir y difundir el arte realizado durante los tiempos de aislamiento obligatorio. El material estará disponible de forma virtual y podrá ser impreso en las casas, junto a un instructivo de fácil armado.
La convocatoria de material para la publicación fue tanto de textos como de imágenes. Se recibieron poemas o prosas breves (de hasta 25 versos o 200 palabras, para poder adecuarse al formato impreso) que hayan sido escritos en el presente período de cuarentena.
La editorial prioriza aquellos que problematicen, propongan, indaguen algunas de las temáticas que han surgido en este contexto -y sus variantes- tales como el encierro, el aislamiento, la idea de comunidad, los vínculos afectivos, la familia, el hogar, la cotidianeidad, el tiempo, las carencias, la alienación, el espacio urbano alterado.
En cuanto a las imágenes, se recibieron obras visuales (ilustraciones, pinturas, grabados, collages, fotografías), al igual que los textos, producidas durante el período de reclusión.
La selección incluye únicamente composiciones en blanco y negro o escala de grises, para ser coherentes con la propuesta de generar un material imprimible desde cualquier impresora que la gente pueda tener al alcance.
“Si bien esta convocatoria es lo primero que sale a la luz, desde hace un tiempo que venimos trabajando en el proyecto. Nace principalmente de la inquietud, de la necesidad de dar corporalidad y hacer circular ciertos materiales que creemos valiosos. Cada publicación estará pensada individualmente como objeto, tanto desde su estética particular como desde su uso, creará su propio universo. Este proyecto también es, para nosotras, un manifiesto de permanencia necesaria ante tanta fugacidad mediática” indicaron Lara Flores y Lali Solari, referentes de la iniciativa.
“Recibimos muchísimo más material del que esperábamos, así que decidimos realizar publicaciones más periódicas (Un fanzine cada 4 días, con 4 textos y una imagen) y convocatoria abierta hasta el final de la cuarentena. Seguiremos recibiendo poesías, prosas, fotos, grabados, pinturas, lo que quieran mandarnos, hasta el último día de reclusión” indicaron.
“Recibimos hasta tres propuestas de cada área (literarura y arte visual) por persona, así que pueden seguir enviando material quienes ya lo hayan hecho o simplemente comentarle a otrxs de la propuesta” alentaron desde la editorial.
¿Por qué Fortuna? “Quisimos, de alguna forma, re-apropiarnos del término que consideramos bastardeado por asociarse fácilmente con cuestiones de riqueza, opulencia, alto precio. En este caso, el significado de valor se traslada hacia el contenido de la editorial. Éste es el que tendrá la riqueza que atesoramos o que estamos buscando, en cada objeto, en los autores que reúne, en las ideas a las que da voz. Además, Fortuna puede llamarse al atrevimiento de emprender un camino difícil y de dudoso éxito, o al accidente fortuito de encontrarse con algo bueno, generalmente sin estar buscándolo. Queremos que al toparte con alguno de los libros que editamos, en una feria, en una librería, en la casa de un amigo, en la calle, dentro de un papel de regalo que acabás de abrir, puedas sentirte interpelado, afortunado” apuntaron.
Al indagar en los conceptos de fortuna, reliquia, objeto preciado, suerte, valor, riqueza, “comenzamos también a imaginar escenarios en que queremos que sean habitados por nuestros libros. Así, pensamos en nuestras mesitas de luz, espacios en donde se juntan objetos de distintos órdenes: algunos que necesitamos o queremos tener a mano en ese momento (papeles, lápices, una taza de té, lentes, un chocolate) y otros que forman parte de ese lugarcito de forma constante (alguna foto familiar, un espejo, un reloj, alguna planta, objetos que nos regalaron o que nos hacen acordar a alguien). Las mesitas de luz, entonces, son para nosotras pequeños altares cotidianos que permiten la lectura nocturna y que funcionan como síntesis o reflejo de nuestra identidad. Queremos producir objetos que sean eso, que trasciendan la literatura y la imagen para ser una mixtura de ambas o un lenguaje nuevo, que convoquen otras artes y formatos alternativos para que quienes los tienen en sus manos decidan guardarlos en sus altares” definieron.